Resumen: En este artículo se aborda la importancia de crear un entorno saludable para los niños, niñas y/o adolescentes (NNyA) que han sufrido traumas, al momento de llevar a cabo la recepción de su testimonio en el marco de la investigación judicial. Es así que se desarrolla la experiencia concreta del Proyecto de Perros de Asistencia Judicial en la provincia de Neuquén, Argentina, como una estrategia resiliente que estimula la regulación emocional y física de los NNyA durante declaraciones judiciales. La interacción con los perros de asistencia judicial especialmente entrenados para dicha tarea, propician un encuentro amigable que trae consigo la posibilidad de resultar en una experiencia reparadora no sólo para el NNyA sino también para su grupo familiar.
Los NNyA que han sufrido traumas pueden estar en un estado constante de alerta y experimentar síntomas de hiperactivación o apatía emocional que pueden afectar su capacidad de comunicar. A su vez, atento las características de la memoria traumática, se deben tomar todas las medidas de seguridad necesarias para que la instancia de la entrevista testimonial no se constituya en un disparador del trauma.
Por ello, en atención a la complejidad de los efectos del trauma, se destaca que la presencia del perro de asistencia judicial constituye una estrategia eficaz para que las respuestas del NNyA se orienten hacia estímulos seguros en el presente, en lugar de quedar atrapadas en el pasado traumático, pudiendo así comenzar el proceso de integración de dicha experiencia traumática. Se subraya el papel de la previsibilidad y la consistencia que el perro proporciona en el encuentro, propiciando sentimientos de conexión, calma y disminución de la ansiedad y el estrés ya que ayuda a restaurar la sensación de seguridad.
En general, se destaca la importancia de crear un ambiente seguro y ofrecer métodos concretos para abordar las creencias negativas y las reacciones postraumáticas de los niños. La participación del perro de asistencia judicial se presenta como una estrategia efectiva para evitar disparadores traumáticos, brindar apoyo emocional y regulación corporal, ya que permite que se active el sistema el sistema de seguridad y calma, estimulando así la posibilidad de experimentar una conexión social positiva.
La resiliencia al trauma infantil depende en gran medida de los apoyos disponibles para un niño, especialmente la presencia de un adulto confiable, sensible, cariñoso y receptivo. Es por ello que los proveedores de servicios deben ser sensibles y comprender la naturaleza del trauma infantil, reconocer los síntomas, responder de manera adecuada y crear entornos seguros que minimicen, en la medida de lo posible, los efectos revictimizantes, promoviendo su recuperación y resiliencia.
Cuando los programas y proveedores de servicio emplean un marco de resiliencia para el trauma infantil, constituyen oportunidades de apoyar trayectorias de desarrollo positivas en los NNyA, incluso aquellos que han sufrido traumas. La creación de entornos que permitan que el NNyA se sienta física y emocionalmente seguro, es parte del proceso de sanación.
Artículo publicado en la Revista Iberoamericana de Psicotraumatología y Disociación
(Iberoamerican Journal of Psychotrauma and Dissociation): https://www.revibapst.com/volumen-11
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