top of page

El arte de proyectar el alma: Diapositivas como herramienta clínica.

  • Foto del escritor: Paula Moreno
    Paula Moreno
  • hace 6 días
  • 6 Min. de lectura

Actualizado: hace 6 días

Hace algunos años que vengo trabajando con las diapositivas antiguas. Tal vez alguno de ustedes las recuerde. 


Para aquellos que no las conocen, se las presento:


Las diapositivas son fotos o películas creadas en formatos transparentes que se proyectan en una superficie blanca. Es un tipo muy específico de fotografía de colores que se disponía en un marco plástico y se proyectaba sobre una superficie mediante un aparato especial. Este estaba dotado de un carrusel en el cual podían organizarse varias diapositivas.


El retroproyector de láminas de acetato o diapositivas es un aparato dotado de un potente sistema de bombillas y lentes que magnificaba y proyectaba el contenido de la lámina transparente en alguna superficie.

Tengo mucha suerte de contar con algunas diapositivas de mi infancia, de mis padres y abuelos. Las guardo como auténticos tesoros. 


Recuerdo cuando se proyectaban sobre la pared de mi casa y toda la familia se reunía para apreciarlas. Recordábamos anécdotas familiares y reíamos con ellas.


Más allá de que forman parte de mi historia, tuve la idea de contarles a mis pacientes más pequeños, acerca de ellas.


Les conté acerca del material con el que estaban hechas, de la importancia de la luz para que se puedan mirar, y de la manera artesanal en que las movemos con la mano y jugamos con la luz para descubrir las imágenes y los recuerdos. 


También les presento mi proyector de diapositivas. Otra reliquia familiar.


Suelo contarles que hay muchas maneras de hacer arte con ellas. Y que son ayudadoras creativas para observar los recuerdos.

También les cuento una historia que leí hace un tiempo acerca del carrusel de imágenes. En esa historia, las personas podían mirar sus recuerdos en diapositivas que se proyectaban en la pared y podían elegir tres momentos de sus vidas para regresar ahí y mirarlos con más detalle. Nada se podía cambiar del pasado, pero según cómo lo miraban, podían encontrar respuestas interesantes a preguntas del hoy.


Luego, les presento mi proyector y les ofrezco la posibilidad de crear nuestras propias diapositivas.


Podemos usar papel de calcar, hojas de papel de arroz o simplemente hojas comunes.

Dibujamos un recuerdo, lo colocamos en el marco de plástico y luego lo proyectamos.

Esta manera de trabajar permite una serie de intervenciones interesantes:


  1. Estamos convocando a la alegría y la diversión. Cuestión que no es menor cuando estamos explorando momentos difíciles.

  2. Externalizamos un recuerdo con la emoción que lo acompaña. De esta manera, se torna más amorosa la manera de acercarnos a un dolor.

  3. Al jugar con la luz y las transparencias, podemos ir haciendo foco en distintas partes del recuerdo. Esta posibilidad puede llevarnos a encontrar nuevas maneras de mirarlo, encontrar partes del recuerdo que nunca habíamos visto.

  4. Podemos trabajar con las luces y sombras. Aquello que preferimos que no esté tan nítido o aquello que por ahora no podemos mirar a plena luz.

  5. Podemos jugar a usar el proyector con varios recuerdos y que el azar elija uno para poder visitarlo.

  6. Podemos también usar fotos que traigan de sus casas para ponerlas en la diapositiva.

  7. Por otra parte, el mismo proceso de enmarcar lo que vamos a proyectar, hace de contención. Es un marco que establece límites.

  8. Estamos poniendo en juego la imaginación y la creatividad. Poder restaurar la creatividad en las personas que están sufriendo, es una meta terapéutica. La imaginación puede encontrar nuevas posibilidades para la resolución de algún planteo a partir de la diapositiva o incluso de pensamientos y/o emociones. De esta manera se contrarresta el temor ante lo doloroso y se ejercita la flexibilidad.

  9. Este tipo de intervenciones promueven el uso de elementos de arte que pueden traer bienestar físico y mental. Esta base de trabajo con la creatividad genera también cierta seguridad interna. Objetivo primordial para el trabajo terapéutico.

  10. Podemos utilizar las diapositivas para encontrar recursos, momentos de fortaleza. Expresar emociones que hasta ese momento no habían aparecido. La persona que trabaja con esta diapositiva va adquiriendo una sensación de dominio. Esta sensación también está dada por la posibilidad de elegir el material de la diapositiva y lo que en ella se enmarcará.

  11. Al trabajar con la creación de imágenes, fotos, dibujos enmarcados, vamos armando una trama narrativa. Incluso podemos crear nuevas imágenes para esas nuevas narraciones.

  12. En cada aproximación artística ofrezco una guía para poder prestar atención a las sensaciones: por ejemplo, al tocar el material, al cuerpo mientras trabaja en la propuesta de arte, a la mente, los sonidos y la vista. Cada intervención se transforma en una práctica de atención plena.

  13. Me gusta ofrecer la posibilidad de ubicar la luz en alguna parte del cuerpo (de lo que se ve en el interior de la diapositiva). Esto colabora con la conciencia corporal y la observación del mismo. Si hubiera alguna sensación corporal molesta podemos mirarla proyectada en la pared, podemos reprocesarla desde EMDR, podemos transformarla en la diapositiva misma, etc.

  14. Es una excelente manera de hacer grounding. Ya sea a través del uso de materiales con diferentes texturas, como con la manipulación de las diapositivas para proyectar, o con la luz que puede ser, a su vez, sinónimo de calidez. El trabajo con lo sensorial permite conectar con la tierra y anclarse en el presente. 

  15. Es una gran compañera, la diapositiva, en las intervenciones familiares. Aquí podemos ofrecer que se trabaje en duplas, con toda la familia, con fotos familiares o con dibujos de todos los miembros. Se puede hacer diapositivas de recursos familiares y otra de momentos difíciles. El mirar con distancia estos eventos puede colaborar con la búsqueda de resiliencia familiar y de regulación compartida.

En una sesión con un niño que había sufrido varias intervenciones médicas, trabajamos con las diapositivas. Fue dibujando en una hoja ,donde había realizado un collage, varios temores que hasta ese momento nunca había nombrado. Dibujó para una diapositiva un niño sin pelo (miedo a perder el pelo en una quimio), luego dibujó el miedo a vomitar (otra consecuencia de la quimioterapia) y el miedo a quedarse sin voz. Los puso en sus marcos y lo fuimos “proyectando en la pared”. En el proceso de mirarlo sólo mantuvimos silencio. Lo apreciamos como si estuviéramos viendo una película. Luego me dijo:

Ahora podemos jugar a curar a los bebés. 

Buscó el maletín de médico y comenzó a jugar al doctor.

Otra niña que había sufrido una operación en su pierna, al dibujar las diapositivas pudo expresar que tuvo miedo a no poder caminar. También habló de la vergüenza de tener cicatrices. Esta fue la primera vez que expresó dichas emociones y que compartió en sesión estos recuerdos.


Otra manera de utilizar las diapositivas es la siguiente: armar diapositivas para el futuro. Inventé una manera de trabajar con la compasión y las fotos.


Los invito a crear diapositivas amorosas para otros niños/as que estén pasando momentos difíciles o para ellos mismos si lo necesitan en el presente o en el futuro.


Una niña dibujó en un papel de calcar un árbol de naranjas, como los que hay en su barrio, para que cuando alguien se sienta triste pueda hacerse un jugo de naranjas.


La niña que expresó su miedo a perder el cabello, dibujó un gorro de lana para que, si hay alguien que se queda pelado, pueda usarlo.


En algunas oportunidades trabajamos con diapositivas de personas que no conocemos (¡tengo muchas diapositivas!) y creamos historias con lo que proyectamos en la pared. Puedo ofrecerles hacer un collage con esas imágenes y algo de su propia historia. Entonces la transparencia de lo proyectado solo sirve de soporte para generar ideas nuevas.

Este niño hace un collage a partir de proyectar una imagen de una diapositiva en donde se veía a una mujer con una beba en sus brazos. Estos pedacitos de recortes son el camino que él tuvo que hacer hasta llegar al día de hoy. Algunas partes de ese camino fueron muy difíciles (el niño lo dibuja con garabatos al costado de cada cuadrado de papel). Este niño tiene 9 años y está en proceso de recuperación de un cáncer.


El soporte de trabajo puede ser una diapositiva, pero las maneras de intervenir con ella, son infinitas.


Por último, les comparto una poesía inspirada en una diapositiva:


No quisiera olvidarme de decirte


No quisiera olvidarme de mostrarte el mar,

un mar turquesa y otro verde

no quisiera olvidarme de contarte

un cuento de hadas mágicas

y un cuento de piratas malvados

no quisiera olvidarme de contemplar juntos

el capullo de la mariposa

una gota de silencio

y un cielo de algodón

no quisiera que dejes de mirar

con ojos de principiante

cada día de tus días

quisiera olvidar que podés sufrir

que el mundo no es tan perfecto como la naturaleza

que el hombre puede dañar

no quisiera perderme un segundo de tu vida

hasta notar que descubriste el secreto de ese silencio

la mansedumbre de la palabra

el camino del andar

no quisiera dejar de decirte que confío en tu fuerza

que creo en tu bondad.

Paula Moreno.

 
 
 

Comments


  • Facebook Social Icon

© 2024 por Agustín Gagliardi 

bottom of page